¿Qué es la Debida Diligencia?
Conocida como Debida Diligencia del Cliente (DDC) y Conocimiento del Cliente
La Debida Diligencia es un proceso fundamental que realizan las empresas para cumplir con la normativa vigente. Consiste en identificar y comprender quién es el cliente y cuál es su comportamiento en el mercado, con el objetivo de prevenir riesgos financieros, legales o reputacionales.
Este proceso es especialmente importante para prevenir y detectar delitos como el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, lo que en Chile está regulado por la Ley N° 19.913.
La Debida Diligencia y Conocimiento del Cliente (DDC) es obligatoria para todas las empresas que han sido clasificadas como sujetos obligados por la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
La información recopilada durante la DDC debe registrarse en una ficha de cliente, la cual debe actualizarse al menos una vez al año, o cada vez que ocurran cambios relevantes.
¿La DDC solo deben realizarla los sujetos obligados?
Si bien es obligatoria para las empresas definidas como sujetos obligados por la UAF, la DDC también es altamente recomendable para todas las organizaciones que deseen cumplir con la nueva Ley de Delitos Económicos en Chile.
La DDC es parte esencial de un modelo de prevención de delitos, ya que permite:
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Identificar anticipadamente a clientes, proveedores o socios que puedan representar un riesgo legal.
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Prevenir que la empresa sea utilizada como canal para cometer delitos como cohecho, corrupción, lavado de activos, financiamiento del terrorismo o evasión tributaria.
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Documentar procesos de verificación y monitoreo que demuestren una gestión responsable frente a riesgos penales.
Además, si una empresa enfrenta un proceso judicial, haber aplicado correctamente la DDC puede ser un atenuante, siempre que se demuestre que existía un sistema de prevención activo y eficaz.
¿De qué manera puede apoyar la tecnología?
La tecnología es una aliada fundamental para cumplir con la DDC de forma eficiente, segura y conforme a la normativa vigente. Procesar manualmente cientos de clientes y proveedores puede ser inviable sin herramientas que automaticen el proceso de conocimiento del cliente (KYC).
Plataformas como Regcheq permiten automatizar la recopilación y verificación de información, validar contra listas de riesgo internacionales, identificar Personas Expuestas Políticamente (PEP), consultar registros públicos, analizar la malla societaria, gestionar el riesgo, entre muchas otras funcionalidades.
Estas funcionalidades son utilizadas tanto por grandes empresas como por pymes que buscan profesionalizar su cumplimiento normativo.
Conclusión
La Debida Diligencia y Conocimiento del Cliente es una práctica clave para cualquier organización que quiera actuar con responsabilidad y prevenir delitos económicos. Implementarla correctamente fortalece la capacidad de la empresa para anticiparse a riesgos, cumplir con la ley y proteger su reputación.

